lunes, 26 de abril de 2010

Bicentenario: Imágenes Paralelas- Siglo XIX a 1940


Ofrece un recorrido comparado por la historia de la fotografía y la pintura en la Argentina, desde mediados del siglo XIX a la actualidad.

Pero también, y ahí trasciende el marco de los festejos por el Bicentenario con los que se la asocia, es una muestra que pone en evidencia los "baches" de cualquier guión de museo que se proponga hacer un recorrido cronológico por las artes plásticas de los últimos dos siglos sin atender (junto con los cuadros y esculturas) al soporte fotográfico: cómo revolucionó y homenajeó la fotografía el trabajo de los retratistas o los pintores viajeros del XIX, qué sectores sociales excluidos de la representación pictórica incluyó la foto o cuánto tuvo que ver en la aparición de pintores que hacían énfasis en el color son algunas de las preguntas que provoca.

Aunque los ámbitos de los retratos de esa época son los mismos (militares y protoburguesía), la pintura se ocupa de los generales mientras que la foto es para los aspirantes a los que no les daba el bolsillo.
Esta primera parte incluye producciones hasta 1940. El cierre coincide con la irrupción, a fines de la década del 30, de dos grandes fotógrafos argentinos (quizás los primeros en ser considerados "autores modernos"), Horacio Coppola y Grete Stern; la segunda parte del tríptico cubrirá un período que va de la década del 50 a 1990, mientras que el cierre vendrá con una muestra de fotos de los últimos veinte años en la que se incluirá un cara a cara entre cuadros de Antonio Berni y fotos de Marcos López.

"La fotografía llegó a la Argentina en 1840 -meses después de su aceptación como invento en Francia en 1839 - (...) y se puede afirmar que inmediatamente de ser un país constituido, la Argentina comenzó a escribir su historia con luz", dice la fotógrafa Sara Facio, curadora de la muestra.

Resulta interesante zambullirse en esa suerte de juego de las diferencias que arranca con la serie de fotos campestres que tomó Francisco Ayerza entre 1885 y 1990: sobre todo, el contraste entre el gaucho pulcro y colorido de La pisadora de Maíz (acuarela de León Palliere) y el morocho cabezón de Romance, que seduce a una dama en pleno corral y hasta le arranca una sonrisa en una foto no tan documental como pudiera parecer.


Recorriendo esta muestra se ve cómo ambas disciplinas comienzan a acomodarse con un ojo en la vereda de enfrente. En un mundo de fotos en blanco y negro, retratos pictóricos como Primavera (Sívori, 1917) se destacan por detalles con colores muy fuertes. En contraste, a partir de 1930 fotógrafos como Horacio Coppola, Grete Stern o Juan Di Sandro, muestran que la cámara capta mucho más que una experiencia objetiva, también sombras y espectros en movimiento.
Entrada libre y gratuita.

Lugar: Museo Nacional de Bellas Artes-Salas de fotografía
Av. del Libertador 1473-CABA
Fecha y horarios: martes a viernes de 12.30 a 20.30;sábados y domingos de 9.30 a 20.30. Hasta el domingo 2 de mayo.

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